lunes, 23 de abril de 2012

23 de abril, Día Internacional del Libro: "Reivindicar el lugar del libro".

No dudo al decir que los libros han marcado, de algún modo, mis días y seguramente, lo seguirán haciendo.  Esas simples hojas con una tapa, una contratapa y un lomo, tienen inmensas capacidades, e inmensas bondades, que hasta hoy, no encontré en ningún otro lado. Y claro que celebro que así sea, y deseo que todas las personas puedan disfrutar de ellas, como yo lo hago a diario.

Los libros narran historias que, de a poco, se transforman en propias. Uno hace suyo el relato, y de repente los personajes se vuelven sus amigos y sus compañeros de alguna manera, al punto que nos reímos, o lloramos, o nos ponemos contentos, queremos saber más, lamentamos al correr de sus páginas. Los libros dibujan sonrisas, y también evocan llantos.
Los libros ganan batallas, los libros abren la mente. Los libros acompañan e identifican. Evitan la soledad, hacen valiosos los minutos. Enseñan, cultivan, marcan, hacen cultura.
Los libros enseñan, y comparten. No importa si se trate de una novela, un ensayo, un cuento, una investigación… el libro es portador del invento más grande de las personas: el lenguaje. Nos garantiza la comunicación, construye puentes.
Leer no es perder el tiempo: es multiplicarlo, es vencer el paso del mismo, pues los aprendizajes que nos deja un libro, son eternos y para siempre. Esas horas que nos lleva desglosar las páginas de nuestra lectura, son sin duda de las más valiosas para las personas, porque el extracto de lo que estamos leyendo, quedará en nuestras memorias y en nuestros corazones.
De hecho, los libros hacen memoria. No perecen jamás, quedan guardados, y están siempre listos para volver a ser leídos, o para que compartamos con otra persona todo lo que él nos ha dado. Pueden pasar años y años, que sus páginas serán tan mágicas como la primera vez.
Hoy, 23 de Abril, Día Internacional del Libro, recordamos a tres grandes autores de la literatura universal, que en épocas y estilos muy diferentes, han marcado a generaciones y generaciones, y lo seguirán haciendo: William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega.
En este día, hago mis votos para un mundo más lector, donde el libro recupere el lugar que merece, y que supo tener. Digo “el lugar” y no “el valor”, porque su valor  inmenso e incontable es el mismo y permanece intacto (como siempre lo hará), sólo hace falta reivindicar su lugar.

1 comentario:

  1. Que buenas palabras amigo! Coincido plenamente con todo lo allí escrito! Gracias por compartir estas entradas que me hacen sentir menos sola, y más cerca tuyo :) Te amo!

    ResponderEliminar

Gracias...

... por compartir este espacio conmigo.